jueves, 31 de enero de 2013

Leyenda del Monte Medulio



Pero antes de ello les quedaba reducir a un buen número de sublevados lugareños aliados, bien dispuestos a morir antes de ser romanizados. A orillas del río Miño se elevaba el monte Medulio; monte escarpado, fragoso y lleno de rocas y peñascos, casi inaccesible. Los propios guerreros aliados crearon un foso para aumentar la resistencia ante los romanos que se acercaban. Mientras tanto, las centurias se acercaban al gran foso creado por los resistentes aliados. El sol comenzaba a elevarse ocultado de vez en cuando por alguna nube negra que amenazaba lluvia, el mediodía se acercaba.

Rodeados por todos los francos de la montaña, no tenían otra opción que esperar la llegada de los romanos y cuando superaban el foso comenzaron a arrojarles piedras y antorchas que pronto crearon incendios al prender los tojos, haciendo más ardua la labor de los romanos al ascender el gran Monte Medulio. Buena parte de las gentes de los distintos poblados lugareños de las tierras ocupadas de Gallaecia se encontraban refugiados en la cima del Monte Medulio resistentes a desprenderse de sus vidas libres.

Las mujeres prendían antorchas, creaban cadenas humanas para hacérselas llegar a los hombres que se encontraban en la orilla del acantilado arrojándolas al momento hacia los romanos. Los niños recopilaban piedras de distintos tamaños y creaban montículos cerca de los adultos para que estos lanzasen las piedras.. A punto estaban los romanos de comenzar a escalar los últimos metros hacia la cima cuando de los distintos matorrales salieron como furias los iracundos guerreros galaicos, astures y cántabros que comenzaron a matar romanos con una saña inusitada. Sabían que iban a morir y morirían matando.

Los recursos para defenderse se les hicieron escasos, vieron morir a sus guerreros metros abajo cruzados por las lanzas romanas, no les quedaba otra opción para lograr su libertad. Ya lo tenían todo programado, en caso de que sufriesen la derrota en la batalla, nunca se entregarían a los romanos, o luchaban hasta la muerte o se matarían suicidándose para perpetuar su libertad. Los niños poseían las bayas necesarias que fueron recopilando de los tejos de la zona. Todos lloraban, se abrazaban, gritaban. El tiempo se agotaba. Comenzaron a repartirse bayas rojas venenosas y fueron ingiriendo varias a la vez. Familias enteras se arremolinaban en la arboleda de la cima esperando su momento de perecer. Se miraban con miedo. Las madres lloraban cuando veían a sus hijos debilitarse al ir el veneno haciendo efecto en su organismo, apagándose sus vidas poco después. Los más veteranos aun deseaban matar algún romano más, no se entregarían así como así a la muerte. Otros guerreros, en cambio, prefirieron morir junto a sus familia hundiéndose una daga en el corazón tras escuchar el último latido del corazón de su ser querido. Morían hacia la libertad, para seguir siendo un pueblo libre, personas libres en su tierra hasta esos momentos. 

Otros se atravesaron mutuamente con sus espadas, antes antiguos enemigos por causas territoriales, se abrazaban en un pequeño ritual antes de proceder a hundir su espada en la carne del otro, y el otro hacía lo mismo a la vez. Ambos caían heridos de muerte y daban sus últimos suspiros. Alguno prendió fuego a sus ropajes y se arrojó monte abajo para intentar propagar las llamas a los romanos cercanos, que al llegar a su altura lo dejaron arder mientras lo observaban gritar y consumirse bajo el fuego.

Los romanos fueron llegando y perplejos fueron encontrando a cantidad de lugareños, bravos y fornidos guerreros inertes en el suelo junto a sus familias. No entendían, estaban deseosos de matar y su rabia se acumulaba al comprobar que la batalla se había terminado. Algún romano incrédulo comenzó a clavar su lanza en los diferentes cuerpos que iba encontrando, como para asegurarse de que realmente estaban muertos. Lo estaban, se habían suicidado. Un suicidio múltiple por la libertad. Por la libertad en las tierras de Gallaecia, el honor de los últimos y bravos resistentes guerreros astures, cántabros y galaicos nunca más sería vencido.


Entrevista a un trabajador de Bazán

En Bazán, en Marzo de 1972 se produjo un enfrentamiento por la libertad de los trabajadores. Entrevisto a José Dopico Plana, trabajador de Bazán:

¿Porqué pasó esto?

Pues, la empresa, las autoridades y los sindicatos no nos permitieron crear asambleas de trabajadores. Cada vez hacía mas falta un Convenio de empresa. En teoría los sindicatos iban a aceptarlo pero al final nos negaron la posibilidad de crear asambleas.


¿Para que hacía falta una asamblea en Bazán?

En primer lugar, nos negamos a trabajar las doce horas y a hacer horas extra ya que para nosotros era mas importante la dignidad del obrero antes que el dinero.

¿Cuando se propusieron las nuevas medidas para los trabajadores?

Propusimos 3 parones de media hora tres dias seguidos  y el ultimo dia un paron de media hora para hacer una asamblea general en la que segun supe mas tarde hubo mas de 3000 personas.

¿Como se hicieron las asambleas estando prohibidas?
Aun estando prohibidas, los trabajadores necesitabamos cada vez mas reunirnos en asambleas. Sobre todo despues de enterarnos de los despidos

¿Donde se celebraban estas asambleas?

En las gradas,cada vez aumentaba el numero de personas y había una indignacion tan grande que finalmente  se presento todo el personal del astillero y luego los armadores

¿Que se pretendia conseguir con esta asamblea?

Cerca de las 9 de la mañana nos dirigimos todos hacia la explanada de Direccion para que se anularan todos los expedientes de despido

¿Que hizo la dirección?

Consultó esto con la Comisión y esta se negó y dijo al director que dijera esto en persona a los trabajadores. Cuando dijo el discurso nos comunicaron que no podiamos abuchear ni gritar asi que nos pusimos a escuchar. Cuando acabó, no dijo nada nuevo y decidimos quedarnos ahi hasta que nos diera una solucion. A las 3 nos dijeron que volvieramos a nuestros puestos de trabajo o que nos fueramos antes de las 4 o llamarian a la policia

¿Que pasó despues de esta advertencia?

La policia desde un megafono nos dijo que nos fueramos antes del tercer toque de corneta. Al no hacerlo, gritaron ¡A la carga!. La policia junto a dos autobuses nos obligó a salir de la fábrica con porras.Cada vez que alguien se caia recibia pisotones. Al salir había policias con porras, y con la presion de la gente que estaba detrás. La puerta era tan pequeña que algunos quedaron estrujados gritando de dolor ya que los de detras seguian empujando. Otros cayeron y fueron aporreados.

¿al salir de la fabrica adonde os llevó la policia?
Salimos por las calles de la ciudad con nuestras ropas de trabajo y algunos intentaban escapar recibiendo mas porrazos. Al pasar por las casas baratas intentamos escapar tirando piedras a los policias y la prensa publicó este incidente como intento de asalto al cuartel de policia que se encontraba cerca

¿Cuando parasteis?

A las 7 nos reunieron a todos en un mismo sitio demostrando ante otras empresas lo que no se deberia hacer, y con lo que pudimos empezamos a tirar objetos y a pelear viendo que la policia usaba las armas matando o hiriendo a nuestros compañeros de trabajo.














Crónica de un encerramiento

Hace ya casi 6 años, la empresa Reganosa entró en funcionamiento. El periodico llevaba bastante tiempo hablando sobre eso y en principio, me pareció bien ya que facilitaría el transporte, crearía puestos de trabajo y teóricamente reduciría el precio del gas.






 Unas semanas más tarde, fui al bar de mi tia y vi una especie de panfleto de color blanco que explicaba cosas que yo no sabía: La planta de gas se instaló en la costa. Esto ponía en peligro toda la ría y sus alrededores, ya que si hubiera un escape de gas, nos moriríamos ahogados por el gas y al cabo de unos minutos habría una explosión que afectaría a Ferrol y varios Kilometros más a la redonda.

El sabado, me fui a casa de mis aubelos como todos los veranos y vi por primera vez los inmensos tanques de gas de Reganosa que se encontraban en el camino a Mugardos. Allí, en el centro habia un gran cambio respecto a la última vez que había ido: había papeles explicando la situación de Reganosa, pancartas en los cables donde se suelen poner las luces de Navidad, todas las terrazas de los bares hablando de lo mismo.

Al llegar a casa de mis abuelos, estaban unos amigos suyos hablando sobre una manifestación. Al verme, mis abuelos me preguntaron si quería ir con ellos y acepté ya que no tenía nada mejor que hacer. Salimos de casa y bajamos andando al centro de Mugardos. Al llegar a la calle principal, vi a una gran masa de gente con pancartas y megáfonos gritando `` ¡Planta de gas, Fóra de ría! ´´ . Despues de recorrer toda la calle con la multitud, nos paramos en frente al ayuntamiento. Unos se fueron a sus casas, otros al bar a tomar algo mientras hablaban sobre la manifestación y un pequeño grupo se quedó frente al ayuntamiento. En una sala estaban ya dentro otros manifestantes. Cuando llegamos nosotros había mochilas, camas hinchables, sacos de dormir y mantas, mientras que encima de las mesas plegables había comida y bebida, cartas, parchís, dominó...






Yo me quedé jugando a las cartas y comiendo cacahuetes con mis dos primos y una niña de 12 años que se unió más tarde. Nos cansamos de jugar y hicimos castillos de cartas. A las 7 de la tarde más o menos viene un equipo de cámaras del programa España Directo de la TVE (programa ya suprimido y por lo tanto no pude obtener la grabación) y hizo una entrevista a los creadores de la manifestación y del encierro en el ayuntamiento.

A las 10 de la noche nos fuimos mientras que los manifestantes se quedaron alli duermiendo. Esa fue la única vez que había ido al encerramiento en el ayuntamiento de Mugardos. Llevaban 19 días y llegaron a estar 3 meses, aunque no por eso pararon de recibir apoyos de gente importante como:



Manuel Rivas





Xosé Manuel Beiras


Pepe Leira, Rosa Méndez y Eva Veiga

 

Os Cempés









Y por último una imagen del día de la manisfestación a la que yo fui (aunque se vea en pequeño):





lunes, 14 de enero de 2013

Conto sobre o monte medulio


O último día no monte Medulio

Eu son Alda e teño 10 anos. Hoxe déspertome como un día calqueira, aínda que hai un pouco de néboa. Mentres lle estou dando unha papilla a miña irmá, que ten 2 anos, vín a miña nai a través da néboa. Ao entrar non nos deu un beso coma sempre, senón que ela ocupouse da miña irmá e púxose a recoller as cousas da casa dunha maneira rápida e axeitada. Nunca a vin tan nerviosa coma hoxe, aínda que segue intentando parecer tranquila, nun día no que cambiaría a vida de noso poboado e ninguén o sabía o que ía a acontecer...


Mandoume que fora a casa da curandeira do pobo, Nazara, xa que ela tiña que facer máis cousas e obedecín sen rechistar. Ao saír da casa, a néboa desapareceu e xa o sol pode verse no alto do ceo xa que é mediodía. Mentres camiño, doume de conta de que todolos homes e mulleres parecen preocupados por algo e mandan aos nenos, que están xogando fora, que entren á casa, como se algo fose a ocurrir...

Ao chegar a casa de Nazara, noto que non ten o seu típico arume a flores e especias que usa para as súas menciñas que nos axudan cando estamos enfermos, e vexo que está remexendo nunha pota enorme de cor verde e cun cheiro noxento, como de comida podrida. Cando se decota de que cheguei a súa casa, mandame a que vaia a por unha pranta chamada texo, que a usamos para matar os animais salvaxes que poden arruinar a colleita do poboado, e a garde nun pequeno de cesto . Marcheime sen preguntar xa que ela estaba concentrada na cacerola. Ao saír, vín que todos os homes estaban afiando paos largos de madeira e facendolle unha punta afilada como se estiveran facendo lanzas para cazar animais e as mulleres facían antorchas e apilaban pedras en pequenos grupos.

Polo camino do bosque, vexo flores preciosas e unhas pequenas pintegas de cor escura cerca dos texos. Ao achegarme para recollelas plantas, teño unha visión aterradora máis lonxe: todo o monte estaba rodeado dun foso e unha especie de valado de troncos de arbore darredor e uns homes cunha armadura e armas. Collo todo o texo que podo e o gardo no cesto e marchome correndo o máis deprisa que podo.


O sol xa se está poñendo e cando chego, non podo creer o que vexo: homes cravandose espadas e prendendoso fogo mentres se tiran moite abaixo mentres que outros tiran pedras e antorchas. A casa de Nazara está chea de xente e atopo a miña nai coa miña irmá nos brazos e dime que lle de as plantas que me pediu á curandeira. Ao darllas, vexo que as mete na pota que antes estaba remexendo. Nazara dános un cunca a cada unha cunha cara seria e a miña nai mandame que tome a cunca enteira chorando. Pregúntolle porque temos que bebelo pero so dime que o beba todo. Uns intres máis tarde, comezo a atoparme mal e non dou acabado o noxento líquido verde, miña nai vomita e quedamonos abrazadas apoiadas na parede da casa. Os homes de fora comezan a subir polo camiño do bosque mentres que ven que case todos están mortos. Cada vez atópome peor. Miña nai di que cerremos os ollos e que descansemos e veamos a lúa por última vez.





Adeus mamá.....














Monte Cido, un dos posibles lugares onde se atoparía o Monte Medulio.